La montaña está situada en los límites de Puebla y Tlaxcala y es la sexta más alta de México, con 4,440 m sobre el nivel del mar. Fue venerada desde tiempos ancestrales y en ella se edificaron adoratorios a la diosa Matlalcueye, cuyo nombre significa ‘la de las faldas azules’. Algo que distingue a este gran volcán son sus profundas y espectaculares barrancas, dos de las cuales figuran entre las más impresionantes del país. El ascenso a su cumbre es otra muy buena opción como fase preparativa para subir a los ‘cinco miles’ mexicanos